Cipriano es un viejo y casi ciego maestro rural, con carácter fuerte, pero, con un corazón muy grande que tiene que lidiar con un grupo de alumnos malandrines y difícilmente corregibles. Un día uno de ellos, Simitrio, tiene que salir de urgencia del pueblo junto con sus padres sin que le de tiempo de avisar a la escuela, por lo que los padres de Simitrio le encargan a un compañero, Luis Ángel, de aviso al maestro Cipriano. Por supuesto nadie lo hace y los alumnos se encargan de jugarle mil y un bromas y maldades en nombre de Simitrio, a un pobre maestro viejo y cegatón. (FILMAFFINITY).

Simitrio simboliza a cualquier alumno y a todos a la vez, pues representa a una hermandad. Que buscó embromar a su maestro en las clases. Pero que manifestó su amor y respeto, al reconocer las manifestaciones de paciencia, cariño de Don Cipriano hacia sus alumnos, a pesar de la conducta inapropiada.